¿En algún momento te has puesto a pensar cuál será tu situación económica dentro de 20, 30 o 40 años? Tal vez por ahora no te preocupe, sin embargo, nunca está de más planear cómo cubrirás tus necesidades cuando ya no puedas trabajar. Para eso existen las Afores. Conoce qué son, cómo funcionan y qué ventajas te proporcionan.
¿Cómo funciona una Afore?
De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), «las Afores son instituciones financieras privadas que administran los recursos para el retiro a nombre de los trabajadores». En dicha cuenta, a lo largo de tu vida laboral como trabajador, se acumulan los recursos monetarios que realizan el patrón, Gobierno y tú como trabajador.
Aportaciones voluntarias. Esta subcuenta está constituida por el ahorro voluntario que como trabajador puedes hacer durante tu vida laboral. Entre los beneficios de depositar voluntariamente, se encuentran lograr mayores rendimientos y la posibilidad de retirar los recursos en el momento que se requiera. Las aportaciones voluntarias no tienen monto máximo ni mínimo, las puedes realizar directamente o solicitar al empleador que las haga a partir de un descuento de tu sueldo, y se pueden realizar cada 2 o 6 meses.
Vivienda. En esta subcuenta únicamente el patrón realiza aportaciones de manera bimestral, equivalentes a 5% del salario base de cotización. Los recursos son destinados al Infonavit a través del Fondo Nacional de la Vivienda, quedando registrados en la Afore, por lo que deben aparecer en el estado de cuenta. El saldo de esta subcuenta puede ser utilizado para solicitar un crédito para la vivienda a través de Infonavit (si dicho trámite nunca se realiza, los recursos que se abonaron a esta subcuenta podrán utilizarse al llegar al retiro y servirán como complemento de la pensión); o para elevar el monto de la pensión una vez que te jubiles.
Ahora, la edad de cada trabajador determina los tipos de Afore que existen:
• Siefores Básicas (SB1), en las cuales se invierten los ahorros de las personas cercanas al retiro, es decir, de 60 años o más.
• SB2 (personas entre 46 y 59 años).
• SB3 (personas entre 37 y 45 años).
• SB4 (Personas de 36 años y menores).
La principal diferencia entre cada uno de estos instrumentos es el rendimiento, que estará determinado por el monto, pero también por el tiempo durante el cual los recursos estarán invertidos. Conforme más joven sea el trabajador, su edad de retiro es más lejana.
¿Ya pensaste en tu retiro?
Aunque seas joven en este momento, algún día llegarás a la edad de retiro y es importante que a lo largo de tu vida hayas planeado esta etapa, para evitar la preocupación de no contar con dinero o ahorros que te permitan llevar una buena calidad de vida. Una vez que inicias tu vida laboral puedes elegir una Afore, en caso de que no lo hagas, la Consar te asignará una.
Recomendaciones
- Si no estás registrado en alguna Afore, hazlo en cualquiera de las opciones que existen, siempre y cuando evalúes cual le da un mejor rendimiento a tus ahorros.
- Una vez registrado, recibirás un estado de cuenta dos veces por año para conocer cuánto vas ahorrando. En caso de no recibir nada, repórtalo a tu Afore y solicita que te lo hagan llegar.
- Si no recuerdas en qué Afore estás o si quieres reportar algún problema, llama al 01 800 500 0747 o consulta www.consar.gob.mx
- Como trabajador tienes derecho a cambiar de Afore una vez al año (siempre y cuando tengas un año de permanencia).
- De acuerdo con tus posibilidades, realiza aportaciones voluntarias porque ayudarán al crecimiento de tu cuenta individual.
- Revisa detalladamente tus datos (nombre, acta de nacimiento, CURP, credencial de elector, etc), para evitar problemas cuando tengas que realizar algún trámite.