Los jóvenes mexicanos consideran que la edad idónea para independizarse va de los 18 a los 24 años, sin embargo, 50% de quienes se ubican en ese rango de edad aun vive con sus padres.
Entre algunos de los beneficios que ese sector de la población encuentra al vivir con sus padres destacan el contar siempre con un techo, comida y financiamiento para sus estudios, por lo que independizarse no entra en sus planes, incluso hay quienes postergan su independencia hasta después de los 30 años.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), el comportamiento anterior responde a que los jóvenes inician sus estudios profesionales en dicho rango de edad, por lo que consideran que una alternativa cómoda para seguir estudiando es permanecer en la casa de los padres.
El organismo explicó que llevar una vida independiente de los padres puede significar algunos sacrificios, sin embargo, refirió que existen diversas alternativas para lograrla.
Detalló que se puede rentar un departamento entre varios amigos para aligerar la carga monetaria de pagar por un techo o solicitar una beca de estudios para tener un respaldo con las colegiaturas.
También recomendó estudiar en una universidad pública, lo cual no representa una desventaja ante el mercado laboral, ya que siempre se puede complementar con estudios de una lengua extranjera para mejorar aptitudes.
En el caso de permanecer con sus padres, la Condusef señaló que los jóvenes deberían tener perspectivas de crecimiento mientras viven con sus padres, las cuales podrían consistir en conseguir un empleo en el mercado formal para acceder a prestaciones como ahorro para una vivienda, además de que se obtendría experiencia laboral.
Agregó que es necesario mantener una disciplina al momento de ahorrar, ya que, si la meta a alcanzar es la independencia de los padres, uno de los primeros objetivos es ahorrar lo necesario para dar el depósito de la renta o incluso, el enganche de un departamento.